“siempre digo…”

Siempre digo que Jérica es mi pueblo aunque no nací allí
Sí que lo hicieron mi padre, mi abuela, mi abuelo...
y voy desde niño, sin faltar un año
y voy del puente de Navarza al de Novales
del reboste a la porchá
de la Lipa a las Perdigueras y vuelta a bajar
corriendo por la escalera
y bebo agua en Randurías,
aunque ahora diga un cartel que no es potable
y me dejo caer por la resbalaera
y miro con nostalgia el rincón de la plaza donde Paco tenía la paraeta,
donde un mocoso con pantalones cortos compraba ilusión a peseta
y oigo el voltear de las campanas y recuerdo el voltear de la lechera
sin derramar una gota volviendo a casa
y me baño en el río al atardecer y meto la mano en la acequia
cuando corre el agua
y siento el palpitar de la tierra
y se retuercen los olivos y los cerezos se alegran
y se cae la piel de la almendra
y me siento en el bar de la plaza a pasar el rato
con el rey de bastos
con el tres de copas
y veo pasar la mula que va a la huerta y ya vuelve Carmen del mercado
y huele a leña en invierno
y me acerco al cementerio
y me estremece el silencio
y voy de Capuchinos a la iglesia rodeando la torreta
y bajo por Loreto
y subo por el lavadero
y le doy la vuelta a la mosqueta mirando la torre de lejos
y suenan los cuartos
y me vence el sueño
y siempre digo que Jérica es mi pueblo.